lunes, 24 de octubre de 2011

UN TONO ROSA FRESA




El vino y la sexualidad han ido siempre de la mano. Cuenta la mitología griega que esta bebida surgió de una lágrima de Dionisio -Baco para los romanos-, que se convirtió así en el Dios del vino y la fertilidad. Sin embargo, sus efectos reales sobre el comportamiento sexual de quien lo toma no han sido muy estudiados por la ciencia. Para comprobar si efectivamente Baco hace honor a los cargos que ostenta, un equipo de investigadores italianos ha analizado la relación entre la ingesta de vino y la función sexual en un grupo de mujeres sanas. Y, según sus conclusiones, el Dios mitológico puede llevar con orgullo la relación entre vino y fertilidad.

Mientras que algunos trabajos previos ya habían vinculado el vino con una mejor respuesta sexual en los hombres, nadie se había preocupado de ver qué pasaba en el sexo femenino. Los autores de esta investigación, de las Universidades de Torino y de Florencia (Italia), han evaluado este último caso en 798 mujeres de la región de la Toscana. A las participantes, que llevaban más de tres meses en una relación estable, las dividieron en tres grupos. El primero estaba formado por aquellas que tomaban una o dos copas de vino al día (consumo moderado), el segundo grupo eran abstemias y el tercer grupo lo componían 'bebedoras ocasionales', que ingerían esporádicamente, pero menos de un vaso diario.

Asimismo, todas tuvieron que rellenar el cuestionario del Índice de la Función Sexual Femenina (FSFI), una escala aceptada internacionalmente que evalúa la sexualidad de las mujeres a través de 19 preguntas repartidas en seis categorías: deseo, excitación subjetiva, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor.

Sus conclusiones, publicadas en la revista 'Journal of Sexual Medicine', muestran que aquellas mujeres que bebían una o dos copas de vino tinto diarias obtenían mejores puntuaciones en el deseo sexual, en la lubricación y en la función sexual general que las participantes de los otros dos grupos. Pero este alcohol no afectaba a los otros parámetros de la sexualidad femenina.

A pesar del hallazgo, los investigadores reconocen "que los mecanismos sobre cómo actúa esta bebida en la respuesta sexual de las mujeres no se conocen y hay que hacer más estudios sobre el tema".
Las hipótesis

Una de las hipótesis es que sean los polifenoles (uno de los componentes del vino) los responsables de esta mejoría sexual. El vino tinto contiene más polifenoles que otros vinos y que otras bebidas alcohólicas, lo que podría explicar la diferencia observada entre las mujeres de los tres grupos.

Por otro lado, existen evidencias de que los flavonoides (otro de los componentes del vino) podrían mejorar la función endotelial, aunque su mecanismo de acción aún no se comprende bien. Al mejorar la actuación del endotelio, se facilita la vasodilatación arterial y todo el conjunto tiene efectos positivos en las relaciones sexuales.

A pesar de que existe la creencia general de que el alcohol desinhibe a las mujeres y las hace más receptivas hacia el sexo, esto es cierto sólo en un pequeño número de ellas. La investigación italiana es una de las primeras en demostrar científicamente que un consumo moderado de la bebida de Baco tiene efectos beneficiosos en los momentos de placer en la intimidad. Esta propiedad saludable del vino se suma a las otras que tiene y que han sido ampliamente demostradas, como que reduce la enfermedad coronaria y la mortalidad.